Saturday, May 12, 2007

proSÁBADO 025



UNA MUJER A LA QUE FILIPPOS OBLIGABA a ir con él a pesar suyo, le dijo: "¡Déjame! Todas las mujeres son lo mismo en cuanto se llevan las lámparas."

Lo mismo/ Plutarco
(Grecia, 50 – 125)
http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=768
http://es.wikipedia.org/wiki/Plutarco

Contenido

Masoch - Wilka Crespo
El portero – José Tobías Beato
Bajorrelieve – Patricia Damiano

Masoch

Son las dos con cincuenta minutos, mis ojos vacilan en ver la hora, no lo puedo creer. Otra madrugada esperando por ti, para que al final aparezcas como una cálida brisa, abraces mi cuerpo, entres en mí, y después de la fenomenal cogida vuelvas a marcharte sin ver ni siquiera atrás. Sin detenerte a decirme gracias, gracias a este coño que hambriento espera por ti. Sin detenerte siquiera a verme a los ojos, a juntar la mirada y no solo los cuerpos.

© Wilka Crespo


El portero

Todo estaba brumoso, solitario, aunque extrañamente bello y silencioso. Preguntó al único individuo que estaba por allí, un señor de aspecto tosco, aunque de respetable barba blanca.

—¡Oiga, usted, sí...a usted! ¿Sabe dónde está mi carro?

—¿Pero, no se ha dado cuenta? Ya usted no tiene carro, ni nada; el celular que aún conserva e insiste en usar, lo puede dejar sobre ese mostrador (en ese momento apareció un enorme mueble, singularmente pulido y refulgente).

—¿Qué le pasa a usted, señor? ¿Cómo voy a dejarle mi celular; cómo me comunico entonces?

—Vuelvo a decirle: ya usted no tiene nada....o más bien: no necesita nada. Además, como verá de inmediato, por estos predios las comunicaciones son de otro modo.

—¿Me está relajando: de qué predios habla? ¿Qué lugar es éste? (Súbitamente,

Richard sospechó algo y se le enfrió el alma). Entrégueme mi carro, y juro que a nadie le hablaré de usted ni de este sitio.......

—Dios mío, pero ¿es que acaso todavía no se ha dado cuenta? Ya usted no necesita nada....usted es un muerto. Acaba de morir y está en el limbo.....ese celular fue la causa; mire......

(Una luz como de cine proyectó una imagen; en ella, la ciudad de Miami apareció entera, como vista desde avión. Luego, al volante de un potente carro surgió Richard, conversando despreocupadamente por su celular, al momento de entrar al Palmetto sur. No se dio cuenta del enorme camión que como un bólido lo impactó de tal modo que el carro quedó hecho chatarra; dos gomas cruzaron la vía, golpeando a otros vehículos....)

—¡Ey, qué buena técnica! -dijo Richard, preguntando luego al señor de la barba: ¿Cuándo pasó eso? Claro que entré al Palmetto, pero lo otro no lo recuerdo; eso no ha pasado....

—¿Ah, no? Lo que pasa es que todo fue tan rápido que su muerte fue instantánea, tanto que aún usted no reacciona, ni asume su nueva realidad. Cruce esa puerta.....allá lo espera el arcángel Uriel para abrirle juicio; juicio sobre su vida. Si fue bueno, o por lo menos si las buenas intenciones superaron a sus pecados....no tiene nada que temer, el cielo lo espera. Si fue lo contrario, mire quién está allí.....el de los cachos.... (un ser monstruoso hizo su aparición)....

—¡Ay, coño, qué es eso?

—¡Cuidado!, dijo el anciano; aquí esas palabras pueden tener consecuencias....

—¡Ah, pues.....´tá bien...!

© José Tobías Beato

Bajorrelieve

Toqué la tinta antigua; no es la cereza rescatada del caos, dije. Dijo. Inútilmente al margen, arrió las velas y Ulises, el grande, fue vapor indómito. Una parcela del espejo me anticipó vagabunda, floración herida. Pájaro en el tablero que un alfil somete. Odió al amo por un trozo de pan adúltero, el carozo del mármol.

Soy la noche en su lámpara y en sus aguas. Una maquinaria de la mañana con el corazón en parto. Las ciudades me nombraron Lot pero fui la lengua del mar en la ventana, una sílaba.

Dijo la comunión, esta tarde. Así es él: salta, animal, a nuestros ojos. Convertiremos este arbolillo en selva sobre el borde helado, en la línea roja de tu casa.

© Patricia Damiano
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© mediaIslaproSÁBADO 01 de octubre del 2005.-

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